sábado, 7 de junio de 2008

¿Por qué festejo el día del padre?

Tal vez porque todos tenemos algo de papá en el interior. A veces actuamos como papás de nuestros compañeros de trabajo, a veces de nuestra pareja, casi nunca de nosotros mismos. Y digo que actuamos así porque hay algo que aprendimos de nuestro padre, algo tan particular, tan específico, que aparece de sorpresa en el momento menos esperado. Esta sorpresa momentánea, ese recuerdo fugaz, nos permite darnos cuenta que no somos solamente lo que hemos construido durante nuestra historia, sino que hubo alguien que dejó una impronta en nuestra memoria, en nuestra forma de mover las manos o los pies. Ciertamente habrá recuerdos buenos y recuerdos malos; habrá otros que nos harán recordar precisamente lo que nunca quisimos que pasara y que por ellos estamos buscando nuestro propio camino en esto de ser padres.

También es cierto que los que somos papás festejamos por múltiples razones: por el solo hecho de serlo, porque hay que agradecer de algún modo a nuestro padre (aún el más terrible provoca en nosotros un sentimiento de ternura), o porque nuestros hijos nos hacen pensar en lo que somos y en lo que queremos ser. Porque de algún modo estamos construyendo con nuestra pareja un camino compartido, en aras de verlos crecer para madurar juntos.

Por esto festejo el día del padre: porque me coloca en un momento donde se concentran los recuerdos, las dificultades, los buenos deseos para otros papás cercanos, e incluso plegarias y sonrisas secretas para los que ya no están (como el mío). Y porque me ayuda a enfocar mi posición frente a quienes, por ser pequeños, esperan de mí la presencia y la acción, la ayuda y la corrección, la comprensión y la risa. Finalmente, para esto estamos, ¿no es así?
Una cosa más: no olvides a tus hijos en este próximo día del padre. ¡Ellos quieren estar ahí contigo!

jueves, 29 de mayo de 2008

Tipos de papás

Ahora se ha dado que los papás parecen ser sujetos de "clasificación": hay papás ausentes, papás viajeros, papás divorciados o separados (y también solteros). Los hay que tienen mucho trabajo y otros que de plano han optado por permanecer en casa dadas las circunstancias económicas del país. Al parecer, cada una de estas formas de presentarse como papá tienen su qué ver (como diría mi abuela), pues todas ofrecen matices distintos en la experiencia de ser papá. ¿Tú dónde te acomodas? ¿Qué tipo de papá eres? ¿Ser empleado o desempleado (a fuerzas o por voluntad propia) cambia tu enfoque, tu relación con los hijos?

viernes, 23 de mayo de 2008

La experiencia de ser papá

Hoy en día ser papá implica una gran actividad: hay que trabajar, estar en casa y pensar en formas creativas para convivir con los hijos, con la pareja y con la familia. ¿Cómo reaccionas ante esta exigencia? ¿En qué te convierte responder a estas necesidades? ¿Qué sucede cuando dedicas tiempo a todo esto y dejas de pensar en ti?